En las culturas en las que se educa para ser fuertes y sobrevivir en entornos muy competitivos, la vulnerabilidad tiene una connotación negativa. ¿Para qué nos sirve ser vulnerables?
La vulnerabilidad es el lugar de nacimiento de todo lo que queremos;
conexión humana, ideas nuevas -debemos de arriesgarlo
todo para crear algo nuevo.
Fuente: Nate Berkus
Estamos en una sociedad orientada al éxito, a la productividad, siempre al “máximo potencial” en todo. Y, ¿qué pasa si no llego? ¿Si no lo hago todo siempre de 10? ¿Y si se dan cuenta de que no soy tan estupendo?
En nuestra sociedad suele estar muy mal visto mostrar nuestros defectos y limitaciones. Esto, unido a que solemos intentar escapar de lo que menos nos gusta de nosotros mismos, nos hace sentirnos obligados a “mostrar nuestra mejor versión”.
Rechazamos nuestras vulnerabilidades, aunque esa imagen que intentamos dar poco tenga que ver con lo que tenemos por dentro… Sin embargo, todos somos vulnerables. Todos, sin excepción, somos falibles, tenemos miedos, angustias e inseguridades.
Pero, entonces, ¿por qué pensamos en la vulnerabilidad como algo tan negativo? ¿Sirve para algo reconocer y abrazar nuestra vulnerabilidad?
En primer lugar, nos sirve para aprender a convivir con nosotros mismos y con las cosas que menos nos gustan. Reconocer nuestra vulnerabilidad nos ayuda a reconocer que somos humanos y que, aunque seamos limitados, somos valiosos. Esto nos posibilita aprender y mejorar reconociendo nuestras luces y nuestras sombras.
Reconocer nuestra vulnerabilidad, es afirmar que no lo sabemos todo y que a veces necesitamos ayuda. Es aceptar que a veces necesitamos nutrirnos de las experiencias y conocimientos de los demás. En contraposición, cuando te percibes como el más fuerte o valiente, eres menos permeable al aprendizaje que otros pueden ofrecerte y te permites crecer menos.
Al reconocernos vulnerables, podemos acercarnos a los demás con mayor facilidad, teniendo menos barreras e inseguridades. Dejando atrás tanta coraza, podemos compartir emociones, ideas y opiniones auténticas. Esto puede sernos muy útil en nuestras relaciones con los demás ya sea en el trabajo, en la universidad, con los amigos/as o con la familia. Mostrarnos vulnerables, es decir, “humanos” ante los demás permite que los otros puedan vernos en profundidad. Esto implica dejarse ver… No es un asunto sencillo, pero merece la pena ponerlo en práctica ya que sólo de esta manera podemos establecer relaciones más honestas y sinceras.
En definitiva, y resumiendo, poder aceptar y abrazar nuestras sombras, nos permite mostrarnos como somos y puede ofrecernos mucha tranquilidad con nosotros mismos y en la relación con los demás.
Si reconocemos aquellas cosas que no son perfectas o no nos gustan tanto, se abre la posibilidad de poder trabajar y entrenar nuestras debilidades y usar nuestras virtudes como recursos para llevar la vida que queremos llevar. Consiguiendo esta vez sí… una mejor versión de nosotros mismos, una versión que nos permite descubrirnos cómo somos realmente e invita a los otros a mostrarse, así como son.
Por último, os dejamos un video de Brené Brown escritora y académica experta en el tema de la vulnerabilidad que puede daros mucho que pensar… ¡Esperamos que os interese!